Más que mil palabras

una imagen vale mas que mil palabras

Una imagen vale más que mil palabras

Algunas personas tienen sueños que parecen películas en las que ellas suelen ser las protagonistas, incluso me han contado algún que otro sueño que tenía banda sonora incluida. Otras personas tenemos sueños cortos con imágenes que invitan a la reflexión.


Me encanta explorar estas imágenes que a simple vista parecen poca cosa pero que conforme las exploras se vuelven más y más complejas. Una imagen bastante común es la de un reloj.

 

Simplemente con decir esa palabra cada uno de nosotros hemos visto un reloj diferente en nuestra mente y seguramente pensemos que no hay mucha diferencia entre el tuyo y el mío, pero lo cierto es que, aunque habrá mucha similitud entre nuestras imágenes también habrá muchas diferencias y esas son las que se exploran al interpretar sueños.


Si alguna vez has consultado un diccionario de símbolos, te habrás encontrado con definiciones como esta:

Reloj

Un reloj que marca una hora precisa te alerta de que estás perdiendo el tiempo y de que ha llegado el momento de lanzarte a actuar. Si se trata de un reloj sin horas o del que no puedes distinguir bien la posición de las agujas, tu inconsciente te está pidiendo paciencia, que no actúes con precipitación, porque aún no estás preparado del todo. Si sueñas con varios relojes que marcan horas distintas, es un reflejo de tu estado de confusión, de tus contradicciones.

Al principio, es posible que consultar un diccionario te de alguna pista, pero también es cierto que te puede limitar porque sus definiciones pueden estar basadas en arquetipos, es decir, en patrones de imágenes y símbolos universales. Pero los sueños están hechos a medida para cada uno de nosotros, por eso lo mejor que podemos hacer cuando recibimos una imagen a través de un sueño es explorarla en unión con el Espíritu de Dios.

A fin de cuentas, fue Él quien eligió esa imagen porque quería hablarte de forma personal.
Para explorar una imagen hay que hacerse preguntas, muchas preguntas, y llegar a lo que hace que esa imagen sea diferente a cualquier otra, diseñada exclusivamente para mí o para ti.

Volviendo al reloj, nos podríamos preguntar cosas generales: ¿es un reloj de pulsera o de pared, un despertador, un móvil? ¿En qué condición está? ¿es viejo, nuevo, está roto, le falta alguna pieza? ¿de qué material está hecho? Luego podemos pasar a las preguntas más específicas que se refieren a elementos del reloj. Por ejemplo, ¿está el reloj marcando alguna hora? ¿Tiene el cristal rayado? ¿Hay algún detalle especial en la correa?

Después de contestar todas esas preguntas sobre una simple imagen podemos sacar dos conclusiones:

Primera, que una imagen vale más que mil palabras y la segunda, que hay que aprender a observar con más atención (sobre esto hablaremos en otro momento).

Nos encantaría que nos contaras tu historia.

Puedes escribirnos tu testimonio, tu experiencia con el Espíritu o sueños.